Dos negros acuden a una cita misteriosa. Se encuentran en una sala de espera. No saben por qué están allí, pero se dan cuenta de que están rodeados de anuncios de marcas gays y porno. Es suficiente para darles ideas... Empiezan a charlar, a comparar torsos, y entonces uno de ellos, un gay reprimido, empieza a aprovecharse de la situación. Se da cuenta de que el tipo que tiene delante le gusta, y ésta es su oportunidad de hacer realidad su fantasía: follarse a otro tío. El descubrimiento del placer gay, de la boca de un tío que lo engulle todo sin miramientos y, sobre todo, de un culo prieto dispuesto a ser follado. El macho dominante se vuelve loco: ¡qué placer follarse a una bola!