Este negro encantador recibe la visita de su nuevo vecino. Un tipo sexy con pinta de chico malo que le excita enseguida. Como no es de los que se acobardan, le pide sexo. Después de todo, ¿qué mejor manera de conocerse? Sin duda, este tío sabe cómo establecer relaciones sólidas con sus vecinos: se la mete hasta el fondo y acaba con las piernas al aire, listo para ser copiosamente desgarrado. Como maricón dominante, el vecino está encantado de aprovecharse de este dócil sin pelotas que claramente necesita excitarse.